Todas las personas tenemos una pasado, unos orígenes, una aventura. Ahora que lo pienso, no solo las personas, la naturaleza y cada objeto tienen su propia historia. Está claro que el pasado es el causante, para bien o para mal, del presente. Es nuestra esencia, nuestro pilar, los recuerdos nos mantienen vivos y felices o, por el contrario, nos destruyen, dañando nuestra actualidad.

El poder del pasado es un libro que nos invita a reflexionar sobre ello. Carmen Galvañ Bernabé, a través de sus 11 relatos, sumerge al lector en un ambiente de paz y nostalgia. Llegando a sentir este que cada protagonista de los relatos narrase su historia en susurros, al lado de su oído. Once historias con alma y sentimiento que nos trasladan al pasado, de una forma u otra, ese es su hilo conector.

La autora me sorprende con la originalidad de sus relatos, la gran delicadeza con la que los narra y la sensibilidad que desborda en cada uno de ellos. Bien merecido tienen cada premio o referencia que los acompaña, además de esa simple y maravillosa ilustración que les da inicio.

Un piano, una foto, una farola o un reloj pueden esconder historias tan exquisitas como las que Carmen nos trae con su último libro, El poder del pasado. Una lectura muy breve, poco más de 100 páginas para emocionarse y reflexionar sobre el pasado, sobre nuestras vidas y lo que nos rodea.

Agradezco a Ediciones Carena el envío del ejemplar pues ha sido una experiencia melodiosa, casi poética.

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¿Quién fue Emilia Pardo Bazán?

Emilia Pardo Bazán fue condesa de Pardo Bazán, una mujer noble y novelista, periodista, feminista y ensayista. Una crítica literaria, poetisa, dramaturga, traductora, editora, catedrática y conferenciante española introductora del naturalismo en España. Una precursora en sus ideas acerca de los derechos de las mujeres y el feminismo. Reivindicó la instrucción de las mujeres como algo fundamental y dedicó una parte importante de su actuación pública a defenderlo.

Una de sus obras más importantes es Los Pazos de Ulloa y de ella os vengo hoy a hablar.

Así es como empieza este gran clásico del naturalismo, con el viaje a caballo de un joven sacerdote hacia los Pazos de Ulloa. Julián Álvarez, se traslada a los Pazos para colaborar en la administración y en la reforma de la capilla como el nuevo Capellán. El señor de Lage, lo envía en ayuda de su sobrino, Pedro Moscoso, el falso Marqués de Ulloa. Un hombre aislado y embrutecido desde su infancia, dominado por sus propios sirvientes. A su llegada todo es un desastre, la suciedad y el desorden campan a sus anchas. Para lograr su objetivo, el clérigo tendrá que lidiar con los habitantes de la casa: Primitivo, el administrador y rey del lugar, Sabel que ejerce de sirvienta, y de otras muchas cosas para el desagrado de Julián, y Perucho, el hijo de esta. La inocencia y la ingenuidad le jugarán muy malas pasadas al sacerdote. Él, un hombre sencillo, humilde y devoto está a punto de ver y oír cosas que no espera ni comprenderá, pero pondrá todo su empeño en reconducir al Marqués. Amor ilícito, intereses sociales y económicos, abusos de poder, clasismo, política; en definitiva, esta obra tiene todos los ingredientes necesarios para enganchar al lector desde el principio.

La trama transcurre en la Galicia rural del siglo XIX. Emilia plasma con un exquisito acierto el ambiente en la conocida como Revolución Gloriosa de 1868, la cotidianidad embrutecida del mundo rural y los paisajes que lo forman. Con un lenguaje, ahora en desuso, la autora nos muestra la realidad más cruda con una pizca de humor. De la mano de unos grandes personajes, excelentemente dibujados y caracterizados, el lector apreciará la naturaleza humana, sus instintos más básicos. De igual manera estos le mostrarán la diferencia entre las clases sociales, el papel de las mujeres, el poder de la nobleza y de la misma iglesia, el caciquismo y su brutalidad.

La autora hace una crítica social muy clara y valiente para aquellos años y la expone en medio de la naturaleza, personaje importante también. Su estilo es maravilloso, aún actual pese a estar publicado en 1886. A pesar del uso de localismos y de un lenguaje algo olvidado hoy en día, en ningún momento se hace pesado ni aburrido, eso no me lo esperaba. Esta agilidad se debe a la exquisitez de la narración, al humor con el que se abordan estos duros y crueles temas y al buen ritmo de la trama. Por eso mismo, siento que me ha enamorado de su prosa, tan delicada y a la vez mordaz, su lectura ha sido todo un deleite. No hace falta recordar que esta obra es reconocida como referente del naturalismo español. Totalmente merecido.

Al finalizar Los Pazos de Ulloa, uno está obligado a seguir con Madre Naturaleza; una breve segunda parte, con más descripciones que diálogos en comparación a su antecesora, que dará a conocer la continuación y el desenlace. La editorial Alianza ha publicado una maravillosa edición que les muestro al inicio, en el que se incluyen ambos títulos, una maravilla. Además, en la tienda digital de Kindle están gratuitos en formato digital, al alcance de todos los lectores del mundo. Si después de la lectura el lector se queda con ganas de más, puede ver la miniserie en Televisión Española. Querido lector, te recomiendo encarecidamente que vivas esta gran experiencia.