jueves, 28 de noviembre de 2019

No es lo mismo el otoño en Mendoza. Ailin Calire


No es lo mismo el otoño en Mendoza
Ailin Calire

¿Os gusta viajar? ¿Cuándo viajáis os gusta conocer la historia del lugar? Si es así, os propongo una escapada muy interesante. ¿Me acompañáis a Argentina?



Una mujer noruega duramente golpeada por su pasado, decide empaquetar sus cenizas poniendo rumbo hacia Argentina, aterrizando en la cálida ciudad de Mendoza, en la búsqueda del lugar propicio en donde renacer y hallar la libertad ansiada. Un historiador enamorado del pasado que aún recorre las calles de su adorada Mendoza, busca camuflarse en su trabajo, narrando las hazañas de otros tiempos, procurando refugiarse de su propia historia. Una historia dónde la magia logrará unir pasado y presente, al tiempo que dos almas vagabundas se encontrarán para, junto a las memorias del pueblo mendocino, hallar la libertad.









Para ser más exactos, nuestro destino será Mendoza. Esta ciudad está situada al oeste de Argentina y es el corazón de la zona vitivinícola del país. No solo conoceremos sus monumentos y lugares más emblemáticos, sino que viajaremos también a través de su historia. Lo haremos con la ayuda de Donato, nuestro guía turístico. Donato es pluriempleado, trabaja en un lujoso hotel y en un museo muy importante de la ciudad. Es un enamorado de la historia y más aún de su tierra. Conocerá a Tone de una forma muy curiosa y cómica. No es necesario decir que surgirá un romance entre ambos. Sí, es una novela romántica, pero está abordada de una forma muy interesante. La trama principal es Mendoza, su historia y sus lugares.

La historia de amor entre ambos va surgiendo poco a poco y para mi punto de vista, desplazándose, por decirlo de alguna forma, a un segundo plano. Es cierto que no soy una lectora asidua del romance por tanto he agradecido no encontrarme una historia de amor demasiado intensa. 



Los personajes están bien caracterizados y he podido conectar con ellos salvo por Donato, es demasiado intenso y «ñoño», a veces conseguía desesperarme. Creo que es totalmente intencionado, ya que hay muchas pinceladas de humor durante la novela. No he conectado igual con el final, no me ha sorprendido de la forma esperada. Aunque esto es algo que no me ha importado, como he mencionado antes, puesto que para mí el romance entre los personajes era una subtrama que me acompañaba durante el viaje. Un viaje que ha sido satisfactorio.


La información recogida para formar la profesión de nuestro guía está muy bien expresada y tratada, no resulta excesiva y no deja ese regusto amargo de parecer un copia y pega. Un OK en la documentación. Para mí, «No es lo mismo el otoño en Mendoza» es un homenaje interesante, emocionante y ameno que hace la autora a su ciudad.

Felicito a Ailin Calire por esta breve novela, la doy las gracias por presentarme de una forma tan bonita y visual su tierra, me deja con muchas ganas de conocerla.

viernes, 15 de noviembre de 2019

Junio amaneció nublado. Carmen Manzaneque


Junio amaneció nublado
Carmen Manzaneque


📚Buenos días, familia lectora.

Poco a poco voy recuperando el ritmo, mi vida y mi cabeza, últimamente no se organizan. Hoy os traigo mi lectura de octubre, el mes dedicado a las escritoras. Yo elegí a Carmen Manzaneque y su última obra publicada, Junio Amaneció nublado.



Antes de empezar con la reseña os presentaré a esta gran mujer.






Carmen Manzaneque 



Su inclinación por la literatura nació pronto, en su niñez, y siendo adulta escribió relatos, poesías y cuentos infantiles como afición y compaginando esta con su vida profesional.​ No las llegó a publicar sino que fueron leídas por las personas de su entorno. Animada por ellos, en 2014 se decidió a enviar su obra Donde brotan las violetas al Premio Planeta quedando entre los diez finalistas. Desde entonces ha publicado varias obras más. (Información Wikipedia)


Obras

Carmen Manzaneque ha publicado tres libros: 

Donde brotan las violetas (comprar)

Cuando las muñecas me negaron el saludo (comprar)

Junio amaneció nublado (comprar)

"Los fantasmas no existen", le decían a la pequeña Marta. Ella quiso creerlo para acabar con los miedos de sus noches infantiles. Sin embargo, al entrar en la adolescencia descubrirá otra realidad: los fantasmas son mucho más siniestros cuando respiran a tu lado. A los quince años, Marta es una adolescente introvertida que intenta sobrevivir atrapada en su propio silencio. Mientras, el escorpión da vueltas en torno a ella preparándose para atacar. En esta novela, Carmen Manzaneque nos sumerge en una situación que nos hará reflexionar. Diferentes personajes rodean a la protagonista y, aunque intuyen su indefensión, no son capaces de romper esa barrera de silencio. ¿Es ese quizá el poder del escorpión?


¡Por fin encuentro una sinopsis de esas que me gustan a mí! Unas breves líneas que nos presenta de una forma breve y sutil el contenido del libro. Últimamente y cada vez más a menudo, me estoy encontrando con sinopsis que bien parecen un resumen del libro o desnudan la historia por completo, dejando al lector desconcertado. 

En estas breves líneas descubrimos que no será un viaje fácil de realizar, sino uno que será cruel, real y violento. Conoceremos a Marta y a todo su entorno: familia, vecinos y amigos. Veremos cómo este afecta a la vida de un adolescente y como su entorno puede ayudar o empeorar una situación. Marta se siente sola, tiene miedo. El escorpión cada vez está más cerca. Sentiremos junto a ella angustia, soledad y un silencio desgarrador que nadie sabe interpretar. 

Carmen ha escrito un libro duro de leer. En muchos momentos he levantado la vista de sus páginas para intentar borrar las imágenes de mi mente y reprimir mis sentimientos. Pasada la mitad del libro, cuando la trama comienza a ser mucho más visible, una sensación de rabia y miedo se instaló en mí. Iba creciendo según leía; pidiendo que mi imaginación y mi vaticinio fallasen esta vez. Todos estos sentimientos son provocados por esta desgarradora historia ficticia que muestra una cruel realidad, que como si de una plaga se tratase, se ha llegado a convertir en algo habitual. Sé que en esta reseña no estoy siendo muy concisa con el contenido, pero la sinopsis manda y yo obedezco. Cada palabra está justificada y no quiero desvelaros nada.

El ritmo de la trama es pausado, como lo son los pasos del escorpión. Los personajes son maravillosos, todos, sin excepción. Hasta el más cruel y despreciable personaje está caracterizado a la perfección. El lector conecta tanto con Marta y su entorno, que llega a vivir la trama de una manera muy intensa. La autora juega con el narrador, alternando la tercera y la primera persona. Aunque es Marta quién a través de su diario nos cuenta su historia, haciéndolo si cabe aún más real. 


He leído sus 477 páginas al ritmo que a mí me ha marcado el libro, despacio, temiendo romperme en cada una de ellas. Carmen no describe una violencia explícita, no es precipitada en su narración, todo lo contrario, es su sutileza la que me mantenía en vilo e hipnotizada al mismo tiempo. Quizás es esa violencia silenciada la que más duele, la más cruel y dañina. La autora lo presenta de forma magistral. Ha sido un placer conocer su cuidada prosa, sin lugar a duda.


Antes de despedirme quiero que conozcáis un poco más a Carmen, a través de esta entrevista a la autora.

Desde 2016 y gracias a una iniciativa de la Biblioteca Nacional de España, la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (FEDEPE) y la Asociación Clásicas y Modernas, el lunes más cercano al 15 de octubre (festividad de Teresa de Jesús) se celebra el Día de las Escritoras. El objetivo es reivindicar la labor y el legado de las escritoras a lo largo de la historia y la principal herramienta para la celebración es la lectura de fragmentos representativos de sus obras. (http://www.estandarte.com/noticias/citas/da-de-las-escritoras-de-octubre_3602.html


  • Carmen, ¿crees que este tipo de iniciativas por sí solas podrán cambiar la desigualdad que existe en el mundo literario?


Bueno, yo no sé si existe desigualdad también en el mundo literario, si tú lo dices será porque tienes datos, lo que está claro es que todo lo que se haga, aunque nos parezca poco, al final da sus frutos. El camino tiene que ser constante. Tenemos que creer que es posible, porque lo es, y continuar luchando por lo que es justo. 




  • Al principio de este artículo/reseña he recogido un extracto de Wikipedia, información sobre tu carrera como escritora. Apenas unas líneas, muy concisas y escuetas. Me gustaría que a través de este pequeño rinconcito conociésemos de una forma más cercana a Carmen Manzaneque como escritora y como mujer.


Definirme a mí misma como escritora es un poco complejo, no sé si seré objetiva. Dicen los lectores que utilizo la prosa poética, pero yo, si te soy sincera, no soy consciente de ello mientras escribo. Sí es cierto que me gusta que mis textos tengan cierta belleza y, claro, yo la belleza siempre la he encontrado en la poesía. Seguramente de ahí viene. 


En cuanto al método, yo escribo sin pautas, sin guion: tengo una idea, me siento frente al ordenador y dejo que fluya. A veces se atasca y otras sale como si alguien me lo fuera dictando al oído. Tampoco escribo todos los días ni tengo un horario establecido. No sé si tiene que ver con mi resistencia a las normas o con un desorden incontrolable. —No; es broma—. En realidad, me gustaría establecer un ritmo más constante, pero no dispongo de ese tiempo, así que asumo mi situación y trabajo como puedo. 

Como mujer: feliz de serlo. Feliz de ser madre, abuela… contenta y agradecida por lo que me ha dado la vida. Como mujer, también, preocupada por la educación de nuestras niñas y de nuestros niños. Me preocupa que no estemos trasmitiendo en toda su dimensión la empatía el respeto, la igualdad… todos esos valores tan necesarios y muchas veces tan olvidados.


  • A día de hoy has publicado tres libros, Donde brotan las violetas, Cuando las muñecas me negaron el saludo y Junio amaneció nublado. ¿Qué nos encontraremos entre sus páginas? ¿Qué hay de ti en cada una de ellas?


En mis tres libros vais a encontrar sentimientos. Yo para escribir necesito vivir dentro de la piel de mis personajes y sentirlos, luego esos sentimientos los vierto en el papel intentando que lleguen al lector con la misma intensidad con la que yo los he vivido antes. Y de mí encontrareis mi alma de mujer por encima de todo. Hasta ahora mis personajes principales han sido mujeres y la temática siempre tiene algo de reivindicativo o de denuncia. Escribo sobre los temas que me afectan, que me duelen, que me entusiasman o que me hacen feliz. Sentimientos. Al fin se trata de eso.



  • Cuando se abordan temas tan duros, tan crueles, ¿el autor sufre tanto o más que el lector? ¿Consigues controlar tus sentimientos en los peores momentos de la trama? 

Te refieres a Junio amaneció nublado. En esta novela he sufrido hasta el desgarro. La trama es desgraciadamente tan real que a veces tenía que dejar de escribir y respirar hondo. Sin embargo, para mí ha sido una liberación. Marta, llamó un día a mi corazón y contar su historia se convirtió en una necesidad. Me siento bien por haberme sacado esa espina que dolía. Exponer al “escorpión” a la luz quizá sirva para que algunas personas se identifiquen con la situación y reflexionen. Y como digo en la dedicatoria dirigiéndome a Marta, a todas “las Martas” que puedan verse en situaciones similares: “Elévate. Tú tienes el poder de la palabra”.

viernes, 8 de noviembre de 2019

Ama. José Ignacio Carnero





Estimado José Ignacio:

Soy Beatriz Acosta y acabo de leer su novela «Ama». Mientras le escribo no dejo de pensar si estas líneas terminarán siendo una reseña o una carta a su persona. Ahora mismo eso no importa, pero sí mis impresiones sobre su obra, obra que me ha provocado muchos sentimientos, y a dos meses de despedir el año, me atrevo a decir que ha sido uno de mis libros favoritos de 2019. En esa lista, por si le interesa saber, solo hay uno más: «La nieta del señor Linh».



«Ama. Madre en euskera, o quizá la tercera persona del presente del verbo amar. Pero también las memorias de un joven abogado que descubre que la literatura ni siquiera puede embellecer las miserias de la vida -la precariedad, el desamor, o el duelo-.»



En estas doscientas cuarenta páginas, usted recorre la vida y la historia de muchas familias de España. Aunque se centra en la suya propia, podemos ver, sentir y recordar pedacitos de nuestra aventura, de nuestra familia. Eso me ha provocado un gran interés desde las primeras páginas. Después de ese primer contacto todo ha fluido y con ello mis sentimientos. Para poder expresarme mejor y para que mis lectores puedan conocer su obra, si me lo permite, iré añadiendo pequeños extractos de su emotivo libro. 


«No es que todas las familias felices se parezcan las unas a las otras, sino que, como han estado tan ocupadas siendo felices, no han encontrado el momento de ponerse a escribir sobre sí mismas. Es el olvido, y no la felicidad, el que hace a esas familias iguales. Cuando la memoria se abandona, todos nos comenzamos a parecer mucho. Algo parecido se podría decir de las familias humildes: como han estado tan ocupadas trabajando, no han encontrado el momento de volver sobre sí mismas.»

Yo, que he nacido en una familia humilde y trabajadora, enseguida encontré en sus palabras calidad, nostalgia y recuerdos. Recuerdos de mi niñez y la adolescencia de mi hermana, de la vida de mis padres y la de mi abuelo. Mi hogar. Usted además menciona todas esas familias, que, como la suya, tuvieron que abandonar sus pueblos en busca de una vida mejor para ellos y sus hijos. Dejar sus orígenes atrás y luchar, trabajar. 

Mientras nos adentra entre los recuerdos de su madre y los suyos propios, a través de las fotos y objetos personales de ella, el lector le acompaña, pero a su vez él hace su propio viaje. 

Las autobiografías siempre me han resultado doblemente interesantes y emotivas. Esta contiene mucha humildad, sinceridad y transparencia. Contiene recuerdos y secretos familiares, y ningún suceso importante, solo el día a día, esos pequeños ratitos. También habla del trabajo, la amistad, la familia y el duelo. Al fin y al cabo, la historia de miles de familias. Sin embargo, el pilar de esta novela es la vida y la muerte de su madre. Un homenaje en su memoria, un homenaje a todas las madres y mujeres.

«Me tengo que dar prisa y, a la vez, cuanta más prisa me dé, antes dejaré de estar con ella. Cuando deje de escribir, cuando llegue al final de la novela, y ella ya no esté aquí, entonces ya no quedará nada. No quiero que eso suceda. Quiero que esté más tiempo conmigo, pero no sé cómo hacerlo.»

Estas últimas palabras del primer capítulo me encogieron el corazón y así lo sentirá cada lector al recordar a su madre, tanto si la ha perdido como si no. Sus palabras, José Ignacio, son tan honestas y directas; están cargadas de tanto amor y dolor a la vez, que me ha resultado imposible no verme reflejada en usted en muchas ocasiones, quizá porque a pesar de que nuestras historias  y la de nuestras familias sean tan diferentes, son iguales al mismo tiempo.

Además, según leía, me he hecho las mismas preguntas, la misma reflexión y autocrítica. He llorado de tristeza y de miedo, he sonreído y la nostalgia me ha invadido. He paseado por esos pueblos casi abandonados de Galicia, y a mí, como a usted, también me ha calado la lluvia. Le he acompañado, sin darse cuenta por Bilbao y Barcelona.  Creo que no hay mejor definición que decir que HE SENTIDO Y HE VIVIDO esta novela.

Este libro, su libro, es un ajuste de cuentas con el pasado, con el tiempo que dejamos atrás, con los te quiero que no decimos, con la vida que perdemos. Tengo que darle las gracias por haber escrito esta historia y no otras como las que comenta en estas páginas. 

Sé que volveré a leerlo. Lo sé. Espero que sea muy tarde. Espero que el día que me rencuentre con él, sus hojas ya estén amarillentas y su portada algo desgastada. Espero que la lectura se me haga pesada porque mi vista se haya visto perjudicada con el paso de los años. Espero que ese día yo despida a mi madre con una sonrisa y no con dolor. Espero que mi madre y yo tengamos todo el tiempo que les faltó a ustedes. 

Gracias.

Atentamente,

Bey Acosta