lunes, 24 de enero de 2022

Y el cielo se hizo infierno. Borja Ribera

Y el cielo se hizo infierno
Borja Ribera


Port Jervis. 23:53. 1959

Verano, un miércoles normal y corriente de agosto. Eso era lo esperado, que todo transcurriera con absoluta normalidad en Port Jervis, una pequeña localidad perteneciente al condado de Orange, uno de los muchos que conforman el estado de Nueva York.

Qué lejos quedó la habitual tranquilidad de lo que realmente sucedió aquella fatídica noche.


Borja Ribera vuelve al mundo literario con Y el cielo se hizo infierno, tras debutar con Todo a su tiempo y seguidamente con La verdad no descansa en Cerdeña. Esta vez sorprende a sus lectores con lo que para mí es un thriller bastante atractivo. Un pequeño pueblo está a punto de perder toda la paz y calma que siempre le ha acompañado. Un terrible crimen acaba con la vida de 8 personas, entre las víctimas se encuentra el hijo de uno de los capos más importantes de la Gran Manzana.

Irvin Bolton, inspector de Nueva York, se encarga de este espeluznante caso. Su importante experiencia a pesar de su juventud le ha otorgado mucho respeto entre sus iguales y superiores. No estará solo, ya que los oficiales de Port Jervis le ayudarán a conocer a sus vecinos, sus vidas, sus secretos y sus sombras. Y así y solo así, podrán encontrar al culpable de lo sucedido y sus motivos para tal barbarie.

Un thriller americano en el que el autor mezcla pinceladas de los años 20 y 30 con la Ley Seca en Estados Unidos: familias que se vieron afectadas por la prohibición y tuvieron que seguir buscándose la vida de otra forma, esta vez, menos lícita. Y finales de los años 50….

Borja mantiene en vilo al lector desde el inicio con un ritmo bastante rápido y una estructura llamativa pero algo rocambolesca. Con el uso del flashback el lector irá viajando del presente al pasado constantemente, conociendo la historia de cada personaje, creando un puzle muy amplio.

-Habiendo mencionado esta técnica, debo confesar, que al comienzo me resultó excesivo su uso. Me resultaba muy confuso, incluso llegué a releer varios capítulos de nuevo para conseguir ubicarme en la trama, situar a cada personaje. Pienso que esta estructura le pega mucho al género del thriller por su ritmo y emociones llevadas al límite, pero puede resultar confuso y pesado si no se controla.

Los personajes están bien marcados, en plural, ya que en este caso contamos con un gran número. El lector se sumerge de lleno y se sintetiza con ellos, como si fuera un habitante más de Port Jervis, como un voyeur, deseoso por conocer todos sus secretos más oscuros, sus miserias.

La trama se presenta muy pronto y la emoción y el misterio te mantiene enganchado. Aunque en mi caso, me costó lo mío al principio…debido a lo antes citado. Bien es cierto que, tras la presentación de los personajes y la ambientación, conseguí reconducirme y disfruté de la lectura.

Para terminar, debo agradecer al autor la confianza depositada en mí.



Pasado y presente se unen en una historia a contrarreloj en la que los secretos más ocultos saldrán a la luz.

¿Conseguirá resolver el crimen antes de que se desate un auténtico infierno?

Sobre el autor:


Perfil de autor: Amazon

Instagram: Perfil


En mis ratos libros escribo
📓Todo a su tiempo
📕La verdad no descansa en Cerdeña
📙Y el cielo se hizo infierno












domingo, 2 de enero de 2022

Sobreviviendo a mi vida. Antolín Castaño



¡Feliz año, queridos lectores!

Espero de corazón que este nuevo 2022, venga cargado de felicidad y buenas lecturas para todos. Hoy en especial, os vengo a recomendar Sobreviviendo a  mi vida, novela escrita por Antolín Castaño y publicada por Letrame Editorial.

Una historia del pasado que emociona e invita a reflexionar sobre el presente. ¿Os animáis a conocer a Ángel  Fernández Holguera y su historia? 

                                                                     
Situando esta novela como punto de partida en Granada, en un pueblo sin nombre en la región de Zubia, cercano a Sierra Nevada. Un pueblo que como muchos otros estaba gobernado por caciques a los que se temía, rodeados de capataces que, en realidad, eran excombatientes del régimen, fáciles de gatillo.

Desde su majestuoso cortijo explotaba a los trabajadores de sus tierras por un mísero jornal recibido a destiempo. No había quejas, para eso estaban los capataces que podrían hacer desaparecer una familia entera bajo la tierra en el monte de las Cruces.