Huele a chicle de sandía. Alberto Sanz Martínez

Buenos días, lectores empedernidos 😉

¿Alguna vez intercaláis lecturas? Yo sí, de vez en cuando elijo una lectura rápida para un fin de semana. Así consigo despejarme y cambiar el chip. Os cuento esto porque hoy os traigo la lectura exprés de este fin de semana. Huele a chicle de sandía del autor Alberto Sanz Martinez, editado por la editorial Lastura. El título me llamó la atención desde el primer momento, pero la portada me desconcertó un poco. ¿Qué escondería? ¡Vamos a comprobarlo!

Cuando ya tienes más pasado que futuro, curiosamente, es cuando más prisa tienes por convertir el futuro en presente y el presente en pasado. Esa es la reflexión que Tomás va rumiando en su viejo coche, camino del instituto en el que enseña Lengua y Literatura en un día que él pretende que sea normal y corriente, pero que está abocado a la fuerza a no serlo: a partir de mañana, la vida del viejo profesor será radicalmente distinta, y por ello su entorno (en el sentido más amplio de la palabra) le tiene preparada una jornada muy, muy diferente… Mucho más de lo que nadie podría imaginar. “Lo importante no es lo que parecen las cosas, sino lo que son” es la enseñanza mayúscula que el día de hoy depara al protagonista.

Estructura: Noventa y tres páginas divididas en ocho capítulos. Como podéis comprobar es una novela breve, pero os aseguro que es muy INTENSA. ¡Comenzamos!

Tomás es un profesor de Lengua y Literatura. Como cada día hace el viaje desde su casa hasta el instituto donde ejerce la docencia desde hace treinta y cinco años. Pero no es uno cualquiera, es el día de la despedida. Al día siguiente, cumpliría sesenta y cinco años e iniciaría su jubilación. Así comenzaremos a meditar junto a Tomás mientras transita, por ultima vez, por ese recorrido que tantas veces hizo y deshizo durante esos años. El paso del tiempo y los cambios que ello conlleva será lo que Tomás lleva en mente durante el camino. Al llegar al instituto le espera una entrevista especial para la revista del centro, un momento perfecto para reflexionar sobre el pasado y mirar al futuro.

Hasta aquí, tengo que deciros que yo pensé que sería una novela de reflexión, y en verdad estaba disfrutándola así. Tomás es un personaje al que cojo cariño desde el principio: un hombre solitario y entrañable. La entrevista me gusta, es divertida, amena y sugerente, ya que toca unos temas muy interesantes. 

¡Pero esto no queda ahí!

Esta no era la verdadera TRAMA. ¡NO!. Sin previo aviso, la novela da un giro de 180 grados y la emotividad y la reflexión se transforma en tensión,  paranoia, misterio y una mezcla paranormal. ¡Sí! No he podido parar de leer en ningún momento y en tan sólo un par horas he llegado a un final vertiginoso y sorprendente. En el final es donde cobra sentido el título y la portada. 

Me he enamorado de Tomás 💓 Ya os lo había dicho, ¿verdad?😝 Durante estas páginas conoceremos a muchos personajes, todos ellos secundarios: alumnos, profesores, etcétera. Pero el autor solo profundiza en Tomás y en Rodrigo, uno de los alumnos. Dos personajes que valen por mil, muy bien caracterizados, divertidos e interesantes. No puedo contaros más sin haceros spoiler aunque tengo unas ganas horrorosas de contaros todo. En resumen:

Una lectura ágil y amena, que te atrapa desde la primera página y no te suelta hasta el final. Me he emocionado, he flipado y me he divertido, muchas sensaciones en tan pocas páginas. Alberto Sanz nos guía con una narración sencilla pero directa a un final original e imprevisible. Gracias Alberto por estas horas de lectura, por la confianza depositada en este blog y por el envío del ejemplar.

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