lunes, 13 de abril de 2020

Los niños de mangle. Martín Doria



Buenas tardes, familia lectora
Un día más vengo para traeros la reseña de mi última lectura, en este caso se trata de Los niños de mangle escrita por Martín Doria y publicada por la editorial Edaf. Este libro fue premiado el año pasado en el premio de novela negra de Getafe, agradecer a la editorial por hacerme el envío de este ejemplar. Sin más dilación os presento la sinopsis y comenzamos.

Los niños de mangle inicia la saga del personaje Efraín Sánchez (alias El Caimán), en la tradición del relato detectivesco urbano. El escenario es el Caribe Colombiano, desde la península desértica que se adentra en el Mar de las Antillas hasta el corredor del gran turismo que opera en las ciudades coloniales de Santa Marta y Cartagena, con xcuartel central en la Barranquilla moderna y cosmopolita. La muerte de una prostituta y la desaparición de su hija, la pequeña Carol, sumergen a Efraín (expolicía militar, fanático del béisbol y de las mujeres caribeñas) en el mundo de las redes de turismo sexual infantil en las pobrísimas comunidades anfibias de la Ciénaga del Magdalena. Una trama que se desarrolla en el entorno de la liberal época de carnavales, con las negociaciones del tratado de paz con las FARC como dramático telón de fondo. 

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El 11 septiembre publicaba una entrevista al autor ganador del Festival Internacional de Novela Negra de Getafe 2019 con su obra «Los niños de Mangle». (Entrevista) Hoy por fin os traigo su reseña. ⬇️



Viajaremos a Colombia, exactamente a un pueblo pesquero de palafitos, municipio que pertenece al departamento del Magdalena. Gente muy humilde, barrios pobres castigados en el pasado por masacres y criminalidad. Desprotegidos ante el resto del país y del mundo. Contando con la creencia de la protección de «los espíritus del Manglar». Un lugar perfecto para los monstruos que atacan en esta novela negra. Una red de pedofilia y tráfico de pornografía infantil pone su mira en los niños de la Ciénaga, aprovechando la debilidad y la pobreza de sus habitantes.

Efraín es un detective privado venido a menos, un exmilitar sumido en el alcohol, este y su pasado le mantienen en un estado de hibernación hasta que un cliente misterioso le contrata para buscar a una niña desaparecida. Todo el caso está rodeado de muertes y negocios ilícitos, ¿el caso de su vida o el final de la misma? 

Cualquier tipo de violencia nos afecta, estoy totalmente de acuerdo, pero si las víctimas son niños nos duele aún más, nos desgarra el alma y el corazón. Ya solo la portada y la sinopsis nos muestran a la perfección el contenido tan monstruoso que nos vamos a encontrar.

Estás 259 páginas están divididas en 34 breves capítulos y dos epílogos, a estas páginas se le suma un interesante Glosario Casteño para esas palabras que puedan hacernos dudar. Martín utiliza dos narradores, uno en primera persona para los relatos del detective y en tercera persona para el resto de personajes. Las descripciones son concisas y detalladas, el lector consigue viajar a esa ciénaga con tan solo cerrar los ojos. El ritmo es ligero desde el principio, esos capítulos breves y la intensidad de la trama hacen que el lector no pueda parar de leer, ¡es adictivo! 

Conocer la prosa de Martín ha sido un gran placer. Su capacidad para tratar de forma tan natural estos horrores, estas lacras que ensombrecen el mundo me ha sorprendido, no es tarea fácil. Lo es menos aún dotar a sus personajes de esa realidad y ese carácter tan profundo. He de admitir que su lectura no me ha sido fácil en el sentido de responsabilidad social y es que desgraciadamente estos criminales siguen campando a sus anchas por el mundo. Con  la frase del famoso escritor Fernando Marías sobre Los niños de mangle me despido no sin antes recomendaros encarecidamente su lectura. Adoro la novela negra y las críticas sociales que estas gritan a viva voz.

«Sólida trama criminal de monstruos reconocibles y héroes desarmados que nos concierne más de lo que nos atreveríamos a sospechar».



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